Para llegar al patio antes tienes que pasar por una entrada y unas escaleras con poca luz que te encaminan, como si fueran los bastidores de un teatro, a un escenario cegador y verde. Allí nos sentamos con Marcos, al que amenazamos con varios objetivos.
Lo primero es conocer la historia de este espacio tan especial e inimaginable en el cruce entre la calle pez y la calle Pizarro. Y así averiguamos que el patio ha pasado a lo largo de los años de ser el espacio privado y artístico de su compañero de productora a ser su oficia y finalmente un espacio compartido de trabajo con otras diez personas.
Le preguntamos por las plantas y, con cada mirada guiada por Marcos, descubrimos en cada rincón una sorpresa. Árboles, arbustos, plantas colgantes y unos habitantes realizados con materiales reciclados. Primero reparamos en el “señor palo”, luego en la “mujer de goma” y en la “señora verde”, hecha de césped artificial. Finalmente somos conquistadas por el “señor maceta-amoroso” cuyo cuerpo está hecho todo por macetas y un corazón de alambre sobre su cabeza. En parte por este corazón, y en otra parte porque sus macetas antes albergaron plantas, de los habitantes del patio este es el que nos parece más vivo. Y si te dejas llevar por el encantamiento del patio, fácilmente puedes empezar el juego de buscar entre las plantas las que se corresponden con las savias que corren por sus “venas”.
Marcos nos cuenta que el patio siempre lo han llenado de plantas para crear un espacio agradable e inspirador. Colocaron los nombres de cada planta en su maceta, para darles la oportunidad tan poco valorada de llamarlas por su nombre. No siguieron criterios para ubicarlas, pero Marcos te habla de intencionadamente haber creado dos zonas como “islas”, y así nos termina de confirmar que definitivamente estamos en un paraíso en mitad de Malasaña.
Para terminar le pedimos alguno de sus trabajos para conocerlo más, y nos recomienda “Soy Meera Malik”. Y con el documental viajamos con Marcos durante unos minutos a La India. De todas las imágenes, nos quedamos con la de un niño regando unas macetas en el patio del colegio. Vida, esperanza y belleza, en un contexto de subsistencia, herencias y gris, muy gris.
Segundo objetivo cumplido, El Patio participa en el concurso. Gracias por todos los tiempos y gestiones a Helena y Mariu.
Marcos y César, c/ Pizarro. El Patio – Espacio Común de Trabajo
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